viernes, 15 de marzo de 2019

Período Paleolítico (40,000 a.C. - 10,000 a.C.)



Bienvenidos a la UCAverna, ahora vas a comenzar un recorrido por el origen  del arte en la etapa de la prehistoria para eso debemos preguntarnos  ¿Cuándo y dónde empieza el arte?

El origen del arte se sitúa en el periodo Paleolítico, durante la Edad de Piedra a inicios del 40000 a.C. Las primeras manifestaciones artísticas no coinciden con la definición actual de qué es arte, sino que son producciones de las llamadas artes y oficios. El arte comprendido en este período histórico se destaca principalmente por su énfasis en el naturalismo, es decir, las producciones artísticas basadas en lo que el artista primitivo conoce y no lo que percibe realmente.

De cierta forma, el arte ser prehistórico es similar a un infante. Los dibujos infantiles y la producción artística primitiva son racionales y no sensoriales: muestran lo que el infante y el artista primitivo conocen, no lo que ven realmente; no dan al objeto una visión óptica, sino teórica y entrelazada con lo que ellos comprendían en ese entonces. Una característica común era la de aumentar  la escala de lo que es importante biológicamente o importante como motivo, pero descuidan todo lo que no juega un papel directo en el conjunto del objeto.




Venus de Willendorf

Esta pieza fue descubierta durante la excavación de un asentamiento paleolítico cerca Willendorf (Austria) en 1908. Se ha estimado su creación entre el año 24.000 y 22.000 a.C. En la actualidad se exhibe en el Museo de Historia Natural de Viena. La Venus de Willendorf es la más famosa de las estatuillas femeninas a menudo llamadas, no sin polémica de por medio, como ‘venus paleolíticas’. Estas figuras tienen en común su tamaño, género y la exageración de sus atributos femeninos.

La Venus (o Mujer) de Willendorf es una figura pequeña, de unos 11 centímetros de altura (4.3 pulgadas), de enormes pechos, abdomen y vulva, con la cara cubierta y sin base sobre la que mantenerse en pie.

Nos parece interesante el hecho que la figura no enfatiza sus extremidades, como: piernas, pies, brazos ni manos, considerando que estos miembros son herramientas importantes para su creación y la de otras piezas de arte, sin mencionar actividades de caza; esto nos hace pensar que en la prehistoria la procreación era la característica más predominante de la mujer a tal punto que sus otros miembros no despertaban interés alguno. 



Por otro lado en las cuevas se practicaban el grabado y pintura; se puede interpretar que el arte cumplía, al menos para el artista, una función de gratificación y, aparentemente, mágica. Esto se debe a que en este período todo giraba al sustento del individuo. Creían que al pintar una presa, este ya tenía ventaja sobre ella; le daba un carácter mágico a lo plasmado. Junto a la presa se dibujaba a uno mismo para indicar que el animal iba a ser cazado por el individuo y este más  adelante lo volvería a hacer.




Pinturas de la cueva de Altamira

Continuando en el tiempo nos encontramos en  Europa, donde existen las pinturas de la cueva de Altamira, que datan desde el 14,000 a.C, descubiertas a finales del siglo XIX. En ella se representan formas de animales ya extintos, como mamut, bisontes, renos, rinocerontes, etc.




Pinturas de la cueva de Lascaux

Tambien ejemplos de esto son las pinturas de caballos, bisontes y toros de la cueva de Lascaux, los cuales datan desde el 11,000 a.C., descubierta en el año 1990. Esta y otras pinturas llaman la atención por el naturalismo de su pose, el dominio técnico de la pintura y cómo el relieve de la cueva se ha aprovechado para crear la sensación de volumen.

Dada la ubicación de estas pinturas, consideramos que dan al arte una función de anticipación más que una función simbólica al estar presente sólo en profundidades de cuevas donde presentan muy poca luz y rincones inaccesibles. Notamos también que la composición de estas pinturas en realidad no enfatizaban ninguna bestia en específico: los dibujos se colocan junto o sobreponiendo a otros, dando la impresión de una historia que se desarrolla poco a poco. Los tonos negros, marrones y rojos, más los detalles de anatomía, también nos hace pensar que el hombre prehistórico eran los más fiel posible a la apariencia de sus presas a fin de hacer que el futuro anticipado fuera lo más cercano a la realidad posible.

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